Únicamente un suspiro pertenece a aquél pasado. Donde
siempre queda algo que decir, donde el viento es capaz de conciliar la agonía,
y en una ráfaga impredecible desatar un puñal de lágrimas. Donde solo queda la
adaptación, donde vivir, se trata de persistir, y en el cual solo una opinión
importa; esto es real.
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